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Angel Pérez

Carteles, anuncios


Como toda ciudad, La Habana cuenta con disposiciones que regulan la colocación de carteles y anuncios en lugares públicos.

Las normas tienen que ver con los textos y caligrafía utilizados, el material empleado en hacer el cartel, su diseño, el lugar en que se ubica, si es lumínico o no, si cumple una función publicitaria…

Y, por supuesto, si un cartel o anuncio es aprobado por las autoridades municipales, se fija el impuesto correspondiente.

Pero La Habana es también una ciudad donde lo real maravilloso está presente a cada paso y en la que la imaginación popular y la necesidad de comunicar o anunciar algo hace añicos las normas y pone a prueba al inspector urbano más estricto.

Recorrer La Habana leyendo sus carteles ofrece una experiencia singular; tratar de entenderlos es un desafío.

Los invitamos a dar un “paseo” por los carteles de nuestra ciudad…

Comencemos por algunos anuncios “correctos”, que cumplen las normas. Incluimos solo tres; son correctos pero carecen del "encanto" de la improvisación popular....

Los hay que fueron correctos, anuncios “retro”, de épocas pasadas, pre revolucionarias…

Y amárrense los cinturones, que comienza un desfile singular.

Veamos tres utilitarios

Los del ámbito gastronómico tienen su encanto

Este no es un cartel, pero lo es. No quisieron escribir “Vendemos café y cigarrillos”; fueron elocuentes, directos: colgaron en la reja un termo y una cajetilla de cigarros vacía

La cultura no queda rezagada

Con faltas de ortografía, las “s” son tímidas, no desean dar la cara.

Nuestra ciudad ama a los perros

¿Quién dice que no hay cubanos cartesianos?

Y cubanos con un gran ego

Las grandes marcas han buscado la forma de hacer su publicidad en La Habana

Dejamos para el final los escritos en clave. Usted necesitará la ayuda de un cubano para entenderlos plenamente

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